Conectando con la Gran Madre: Transformando Nuestras Vidas y el Mundo

Hoy, el 31 de mayo, quiero compartir contigo un tema profundo y transformador para cerrar el mes de las madres: la Gran Madre. Conectar con ella no solo puede sanar tus heridas personales, sino también contribuir a la mejora del mundo en general.

Para sanar las heridas maternas, es importante reconectar con una energía materna que nos ayude a reparar las experiencias que no tuvimos con nuestra madre o figura materna. En algunos casos, hay personas que tuvieron la dicha de tener una figura materna alterna que les proveyó parte de esa experiencia. Pero para la mayoría de las personas con las que he trabajado, esto no pasó, o ya no pasa. Es por esto por lo que les invito a conectar con la energía de la Gran Madre a través de la Madre Naturaleza.

La idea de la "Madre Naturaleza" como la primera madre es una noción que se encuentra en varias culturas y tradiciones en todo el mundo. Representa la concepción de que la naturaleza es una entidad femenina que da origen a toda la vida y sustenta el equilibrio del mundo. Esta noción se veía en muchos de los pueblos indígenas de las Américas, al igual del que tengo herencia – los taínos.

 

Para los taínos, sus creencias y religión estaban profundamente arraigadas en la naturaleza y el cosmos que los rodeaba. La madre naturaleza, o la naturaleza en sí misma, tenía un papel central en la cosmovisión taína. Ellos adoraban y respetaban la tierra, el agua, los árboles, los animales y todos los elementos naturales como manifestaciones sagradas. Consideraban que estos elementos tenían espíritus o deidades asociadas, y mantenían una estrecha conexión espiritual con ellos.

Los taínos, al igual que muchos pueblos aborígenes de las Américas, veneraban una deidad principal que se asocia con aspectos de la fertilidad, la tierra y la naturaleza, a menudo personificada en una figura materna. Por ejemplo:

1. Itiba Cahubaba (Taíno):

Itiba Cahubaba representa la Madre Tierra. Murió al parir cuatro gemelos sagrados -creadores, símbolos de los cuatro puntos cardinales y de los cuatro elementos (https://pueblosoriginarios.com/centro/antillas/taino/cosmologia.html).

2. Pachamama (Andean):

En las culturas andinas de América del Sur, especialmente en la tradición de los pueblos quechuas y aymaras, Pachamama es una deidad importante que representa a la Madre Tierra. Es venerada como la madre de la tierra y la fertilidad, responsable de proveer y sostener la vida (https://www.cultura.gob.ar/pachamama-mucho-mas-que-una-celebracion-a-la-tierra-10855/).

3. Tonantzin (Aztec):

Para los aztecas y otros pueblos mesoamericanos, Tonantzin era una deidad venerada como la madre tierra y la madre de los dioses. Su nombre significa "nuestra madre" en náhuatl, y era adorada en múltiples formas en todo el mundo azteca. Con la conquista de los españoles y la eliminación de las deidades aztecas, se dice que el culto de Tonantzin fue sustituido por el de la Virgen de Guadalupe (https://graficoaldia.mx/2023/12/13/la-historia-de-tonantzin-la-diosa-azteca-que-fue-venerada-en-mexico-antes-que-la-virgen-de-guadalupe/).

¿Cuál es la representación de esa Madre Cósmica/Naturaleza en tus ancestros?

A lo largo de la historia, los seres humanos han adorado a diosas, personificaciones de lo divino femenino. Estas diosas han tomado muchas formas y han tenido diversos roles, pero el más perdurable ha sido siempre el de la Gran Madre; la fuente siempre amorosa de toda vida en la Tierra. Ella guía y apoya a través de los altos y bajos de la experiencia humana, viéndote con amor incondicional e inocencia sagrada.

Las diosas madres que personifican la naturaleza, la vida, la creación, la fertilidad y lo divino femenino se pueden encontrar en los mitos antiguos de África, Australia, Egipto, China y Europa. Nombres como Isis, Oshun, Venus, Kuan Yin, Madre María y la Virgen Negra son diferentes aspectos de la Gran Madre, proporcionando caminos para que conectes con ella.

Existe evidencia significativa de religiones matriarcales o matrifocales donde se adoraba a una Diosa femenina y se reverenciaba lo femenino. Monica Sjöö compiló evidencia de tales comunidades, mostrando que las culturas antiguas respetaban a las mujeres por su sabiduría, nutrición y liderazgo espiritual. Su obra, "La Gran Madre Cósmica", ha influido en el movimiento moderno de la Diosa.

Los humanos siempre han adorado a figuras de diosas madres porque las madres son los vasos de la vida, proporcionando nutrición, calidez y protección. Las diosas madres también son veneradas por su inspiración y creatividad, vistas como diosas de poetas y artistas. La Gran Madre te da vida y te proporciona todo lo necesario para la supervivencia e inspiración. 

Con el tiempo, las sociedades evolucionaron para valorar la lógica y la ciencia sobre las artes intuitivas y de sanación, llevando a la supresión de la adoración femenina. Sin embargo, la Gran Madre vivió en los corazones de aquellos que sentían una conexión innata con ella.

Estamos emergiendo de miles de años de negación y rechazo de la Gran Madre y reconociendo el impacto de esta negación en nuestras sociedades. Se valoran más los rasgos femeninos como la intuición y la empatía, y hay una creciente conciencia de la necesidad de reconectar con la naturaleza y lo femenino para asegurar nuestra supervivencia y bienestar.

Conectar con la Gran Madre es más que una simple práctica espiritual; es una forma de sanar tus heridas personales y contribuir a un mundo mejor. Al abrazar las cualidades femeninas de intuición, empatía y conexión con la naturaleza, podemos transformar no solo nuestras vidas, sino también nuestras comunidades y el planeta.

Espero que este mensaje te inspire a reconectar con la Gran Madre y a descubrir el poder transformador de su energía amorosa y sanadora.

 

Con amor y luz,

Dra. Lydiana